Argañosa y Escolar

Por Pablo Martínez

Pasamos a relatar brevemente lo acontecido en nuestros últimos torneos de la temporada (exceptuando el social, que es particular, y que publicaremos «revista» más adelante, como todos los años).

Torneo San Pablo de la Argañosa

Con motivo del próximo inicio de las fiestas de San Pablo de la Argañosa, tuvo lugar el pasado miércoles 25 este torneo de ajedrez, impulsado por la Asociación de Vecinos San Pablo de la Argañosa. Buena noticia la reedición de esta prueba, que ya se había hecho en épocas anteriores.

Divididos en dos pequeñas salas, en el Centro Social del barrio, nos reunimos 29 personas, suficientes para casi llenar las dos estancias. El torneo era abierto a todas las edades, así que, pese a que la mayoría fueron escolares, pudimos ver a algunos monitores ocupar los primeros puestos del ranking, y hasta un padre se atrevió a medirse a los pequeños guerreros y guerreras.

Tras 6 rondas, a 10 minutos a finish, Javi Reno resultó ganador, anotándose todos los triunfos. Y es que ¡Javi se está acostumbrando a ganar torneos! Tras él, Pableras fue segundo, a punto y medio de distancia, pero con mejor desempate que George, que completó el pódium. Buen cuarto puesto para Lorena.

Podium de La Argañosa
Podium de La Argañosa

Todos los participantes se llevaron una medalla de recuerdo del evento, que esperemos se vuelva a repetir la próxima temporada. Más detalles aquí .

Lorena, campeona de la XXII edición del Escolar

Los pasados 13 y 14 de Junio, se disputó la XXII edición del Torneo Escolar del Ayuntamiento de Oviedo, en las instancias del Centro Social de Ciudad Naranco. Merecido título para Lore, que a falta de Jonás y Javi Llaneza (jugando el Gallego), y de Álvaro (desaparecido en combate) era la favorita. Así fue que sólo cedió medio punto en ocho partidas, ante Miguel Santamaría, que terminó segundo, con medio puntos menos y también invicto.

El tercer puesto de la clasificación fue para el jugador revelación de la temporada en las Escuelas Deportivas de Oviedo: Steve. Se ha federado este año, y siendo primer año sub-10 ya ha demostrado su juego táctico y agresivo, ganándose el respeto de sus mayores y de sus compañeros más experimentados.

Podio XXII Escolar Ayto de Oviedo
Podio XXII Escolar Ayto de Oviedo

Este año, como novedad, entregamos un trofeo al mejor jugador o jugadora no federada, que fue a recabar en Pelayo Menéndez, que con 6 puntos finalizó 4º, empatado con el tercer clasificado. También 6 puntos hizo Guillermo, quinto, que aspiraba a más, pero acusó la baja forma y tuvo que remontar, sin optar finalmente al posiciones más altas.

En los premios por categorías, Iván Villar, 6º clasificado con 5,5 puntos, se llevó el mejor sub-14, a pesar de ser aún sub-12. El premio al mejor benjamín fue para Óscar Poblet, también con 5,5 (7º), mientras que Carlitos M. Otero, con los mismos puntos (9º), fue el mejor clasificado menor de 10 años. Por último, el jovencísimo Ángel Álvarez Mesa, de tan sólo 6 años, fue el mejor sub-8, con 4,5 puntos (18º clasificado).

La nota amarga del campeonato, posiblemente el torneo escolar más longevo de Asturias, ha sido su baja participación. La cifra de este año, entorno a la media centena, se reduce a menos de la mitad de participantes de las últimas ediciones.

Los premiados y la campeona
Los premiados y la campeona

La clasificación final se puede consultar aquí .

 

¿Cantidad o calidad?

¿A qué se debe la bajísima participación de esta edición? Pues hay varios factores que lo pueden explicar.

Es cierto que el calendario de los torneos escolares de este año, resultó estar demasiado apretado en el final del curso. Debido a cambios de fechas de los Juegos Deportivos por parte de la FAPA (que no se jugó nada en el mes de Abril), nos vimos obligados a retrasar nuestra competición, fijada inicialmente para el 31 de Mayo y 1 de Junio. No nos quedó otra alternativa que celebrarlo el 13 y 14 de Junio, a pesar de que el mismo 14 por la tarde coincidía con la tercera edición de Ateneo en Poniente. El fin de semana intermedio entre ambas fechas resultaba inviable ya que el 7 había prueba oficial de la FAPA (relámpago) y el 8, la prestigiosa Balesquida.

Sin embargo, estos otros torneos escolares no acusaron bajada de participación, sino todo lo contrario: la Balesquida batió récord con 350 astures apuntados, y Poniente tuvo 60 inscritos más (de 172 a 232) que en su segunda edición. Cifras realmente de vértigo. Incluso la irrupción de un torneo nuevo, el de Santa María del Naranco, tuvo 76 personas.

En vistas de estos datos, me hace pensar que las fechas no tuvieron nada que ver, ya que nuestro torneo fue el único afectado.

Otra hipótesis que barajábamos era que algunos monitores no han hecho bien su trabajo en lo concerniente a difusión y a animar al alumnado a que se apunte. Y si en parte puede ser cierto, ya que es extraño que hayamos tenido cero personas de varios colegios, sin embargo estos chicos y chicas sí han participado en alguno de los otros torneos mencionados.

¿Cuál es la causa entonces? En mi opinión personal, creo que radica en el error de algunos organizadores. Con afán de tener cifras de impresión, crecientes y que lleguen a superar las 200 personas, se están convirtiendo los torneos de ajedrez poco menos que en Parquilandia, donde a todos nos gustaba celebrar el cumpleaños, bañarnos en la piscina de bolas, merendar tarta y recibir regalos. Porque es lo que se está produciendo en algunos torneos, salvando la piscina de bolas: merendola gratis, reparto o sorteo de regalos, gente agrupada por edad, y hasta trofeos para todas las inscripciones.

Ante semejantes «facilidades», normal que el mensaje que saquen los jugadores y jugadoras escolares (e incluso sus progenitores) sea algo similar a «en este torneo no hay merienda, tengo que jugar dos días en vez de uno, juego contra gente mayor y no me regalan nada, menudo rollo».

En el ajedrez base, ¿queremos cantidad o calidad? Si queremos cantidad, lo estamos haciendo bien. Nos falta añadir la piscina de bolas para seguir mejorando. Si queremos calidad (con equilibrio, sin descuidar la cantidad), estamos errando estrepitosamente. Desde las Escuelas Deportivas de Oviedo, siempre se ha buscado el equilibrio, en todo caso inclinando la balanza a calidad. Porque, a fin de cuentas, se trata de enseñar a jugar al ajedrez, a enganchar a la gente a nuestro deporte y a formar ajedrecistas a medio plazo (¡y monitores a largo plazo!). Cosa muy distinta es montar una guardería, sacarse una foto preciosa y tener igual de contentas a las multitudes jugando al ajedrez como al pilla-pilla o a la oca.

Podríamos hacer cambios en el Escolar, torneo que existe nada menos que desde 1992 y en el que han llegado a participar varios campeones de España a la vez, como son Marcos Llaneza, David Recuero o Javier Fidalgo. Podríamos preparar una chocolatada, hacerlo en una sola tarde a 5 rondas (o menos), dividir en torneo en 5 categorías y tener premios para los 100 ó 200 primeros. El torneo crecería exponencialmente en participación, ¿pero sería un torneo de Ajedrez? Nuestra filosofía desde luego no es esa. Más al contrario: en los últimos años, de forma progresiva, se han reducido el número de premios, lo que obliga a esforzarse más para conseguirlos. Y aún más, este año, de hecho hemos añadido algunos alicientes atractivos: el premio al mejor no federado (más libro de ajedrez) y la portada de la siguiente edición con la foto del ganador, o en este caso, ganadora. Lorena ya ha hecho su sesión de fotos (y también se llevó un libro de Aagaard).

Porque lo que me preocupa cuando escribo estas líneas no es que el Escolar haya bajado la participación. Nosotros estamos orgullosos de esas 50 personas que han venido a jugar un torneo sub-16, sin importarle su edad o la de sus rivales, y aún a sabiendas de que no tendrían merendola ni premios asegurados. Y así seguiremos estando, aunque tengamos que hacer un torneo con 30 personas. Lo que realmente me preocupa es la muerte del ajedrez como deporte de competición, y la formación de «ajedrecistas» que, sin conocer aún los premios por franjas de elo, ya piensen en que «si no hay premio/merienda/regalos no me interesa».

¿Qué clase de torneos queremos hacer? Nosotros lo tenemos claro.

2 comentarios

  1. Interesante el debate: cantidad-calidad.

    En mi opinión en los torneos escolares se debe buscar casi siempre la cantidad sobre la cantidad. Son torneos de partidas rápidas para que los crios se lo pasen bien y se aficionen a jugar al ajedrez. Los que se hacen en la calle o en lugares públicos (Antroxu, Poniente, Balesquida…) también son torneos de promoción para que la gente vea el ajedrez. Estoy de acuerdo en que no se debe dar premio en todos los torneos, pero también está bien que haya un torneo que lo haga (si lo hacen muchos es cuando puede haber un problema), no por eso van a dejar de jugar el resto de torneos, más bien al contrario.

    En el Torán antiguamente había una fase en el colegio y no iban todos al zonal, solo los mejores. Eso daba también calidad y hacía que clasificarse para la fase zonal fuera ya un premio y una ilusión por jugarlo. No estoy del todo seguro pero creo que en el escolar era parecido. El monitor no enviaba a todos sino a los mejores del colegio. Si directamente invitas a todos a jugar no quieres calidad sino cantidad o más bien cantidad aunque no renuncies a que por arriba haya calidad.

    De hecho creo que los mejores no deberían de jugar. Está bien que los mejores jueguen la final del Torán o algún torneo que sea a nivel de toda Asturias pero no los zonales o torneos locales. Esos casi deberían de quedar para jugadores no federados o al menos sin elo.

    La calidad se buscará en el Cto de Asturias por Edades, en el Juvenil, etc… Es más complicado buscar calidad en torneos de partidas rápidas.

    Además, la calidad hay que buscarla principalmente en las clases. Al CTD deben de ir los MEJORES, no se debe de contar con muchos grupos recibiendo clases y debe de haber poca gente en cada grupo. También puede ser un premio del Escolar que accedan los X primeros al CTD del año que viene. De esta forma, se pueden destinar más recursos a los mejores: más calidad.

    Si buscaís calidad: organizad un torneo entre los mejores del CTD a partidas lentas (no tiene porque ser a 90+30 puede ser a 30+30) donde puedan entrar los mejores del escolar que también recibirán clases el año que viene. Tras finalizar las partidas y en el descanso para la siguiente, se pueden comentar brevemento aspectos de las partidas recien finalizadas en un mural por parte de los jugadores y monitores. Eso es calidad.

    Ahora bien si cualquiera que sepa dar un doblete entra en el CTD… será difícil organizar un torneo en condiciones y que tenga sentido premiar a los mejores del escolar.

  2. «En mi opinión en los torneos escolares se debe buscar casi siempre la cantidad sobre la cantidad».

    Entiendo que dices cantidad sobre calidad.

    Gracias por tus consejos sobre cómo crees que debe funcionar el CTD; en la Boroña, ya te comenté personalmente cómo es su funcionamiento, sobre el acceso, el tamaño de los grupos y demás. En el CTD sabemos lo que buscamos, y trabajos en consonancia para ello. Otros clubes, sin embargo, ¿qué buscan: cantidad o calidad? Premios a asgaya, sorteo de regalos, lugares públicos de foto preciosa, merendolas, regalos…

    Es evidente que la labor de promoción es muy importante. ¿Pero cómo hacerla, y qué precio pagar por ella?

    ¿»Cualquiera que sabe dar un doblete» entra en el CTD? Igual era mejor mirar la viga en el ojo propio que buscar la paja en el ajeno.

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